Formentera atesora una diversidad biológica extraordinaria, que abarca desde sus fondos marinos y sus reservas naturales hasta la flora y fauna terrestre, con todo un catálogo de especies, muchas de ellas endémicas, de extraordinario interés. Posiblemente el lugar donde más claramente se puede certificar esta riqueza sea el Parque Natural de Ses Salines de Formentera. Esta amplia área abarca una extensión que va mucho más allá de los propios estanques salineros, comprendiendo las playas circundantes y el brazo de mar que conecta el extremo norte de Formentera con el sur de Ibiza y sus respectivos fondos marinos. En total más de 2.800 hectáreas terrestres y 13.000 hectáreas marinas.
En este privilegiado entorno se desarrolla una abundante y rica biodiversidad, consolidándose como una importante zona de nidificación de aves y una zona vital para el descanso de aquellas que son migratorias. Se han contabilizado unas 210 especies de aves, especialmente acuáticas, como los flamencos, que son ya una estampa clásica de la isla, la cigüeñuela común, el tarro blanco, el chorlitejo patinegro, el zampullín cuellinegro (que tiene en el Estany Pudent una de las mayores concentraciones de Europa), la gaviota de Audouin y la pardela balear. En los últimos años también se ha podido observar una pareja de águilas pescadoras que han encontrado en las aguas tranquilas de los estanques abundante alimentación.
Los estanques salineros son una parte importante del parque natural y en sus márgenes anidan y se alimentan varias especies de aves. Es por ello fundamental que como visitantes no cedamos a la tentación de adentrarnos ni en los estanques ni en sus márgenes con el fin de preservar la tranquilidad y viabilidad de las aves y sus crías.
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La lagartija es otra especie con variantes endémicas que encuentra en la zona un hábitat ideal para su desarrollo, entre oquedades naturales, muros de piedra y la vegetación típica de la zona, propia de zonas de costa y ecosistemas dunares, matorrales bajos, sabinas y pinos.[/caption]
Para mayor deleite del visitante, el parque natural alberga dos bellísimas y extensas playas de arenas blancas y aguas turquesas. La playa de Ses Illetes, en la vertiente de poniente, y la playa de Llevant, que como su nombre indica, da a la salida del sol. Ses Illetes es famosa en el mundo entero y una de las más fotografiadas por su blanca arena y sus aguas paradisíacas. En los días de viento siempre podremos escoger entre Ses Illetes o Llevant para disfrutar de aguas calmadas. Y los días sin viento ambas son todo un espectáculo para los sentidos.
