Uno de los grandes atractivos de Formentera es la noche, cuando la isla muestra sus otros encantos bajo el cielo estrellado. Pero, antes, entre el día y la noche, la isla reserva al visitante un momento lleno de magia: la puesta de sol. En ese instante todo el esplendor de la isla llega a su plenitud, dejando un recuerdo imborrable en la mente de los que tienen la fortuna de contemplarlo.
Son muchos los lugares en los que se puede disfrutar del ocaso pero sin lugar a dudas hay cuatro espacios que destacan sobre los demás por su espectacularidad.
· Cala Saona
La bella cala ofrece un marco incomparable para un sunset inigualabale. Sus transparentes aguas, a modo de gigantesca piscina natural, son la base sobre la que se desarrollarán los minutos finales del día. El sol, poniéndose sobre el horizonte, con la silueta de Es Vedrà perfilándose al fondo, configura una estampa que puede ser incluso más memorable si se acompaña de un buen chapuzón.
· Cap de Berberia
Posiblemente uno de los paisajes más instagrameados de la isla. La enorme superficie pedregosa que forma el entorno en el que se ubica el faro, a modo de pequeño desierto costero, la altura de la mole de piedra que lo alberga y el horizonte despejado son los ingredientes del secreto más conocido del mundo para los amantes de la puesta. Para acceder hay que tener presente que el tráfico a esa hora se restringe en los meses de verano en aras de la preservación del entorno.
· Mirador de la Mola
En pleno ascenso, la carretera que nos conduce al pueblecito de El Pilar de la Mola nos ofrece una parada a la altura de un restaurante-mirador. Desde su terraza se contempla una de las panorámicas más espectaculares de Formentera: las costas de migjorn y llevant apenas separadas por unos metros de costa en su parte más estrecha, donde se ubica es Caló de Sant Agustí. Desde esa altura la puesta de sol es de las más completas que se pueden presenciar, con media isla de Formentera a nuestros pies.
· S’Estany des Peix
Otra perspectiva diferente, casi desde cota cero, es la que podemos disfrutar desde el Estany des Peix. La enorme laguna marina, hogar de multitud de aves, es un lienzo lleno de belleza natural sobre el que veremos ponerse al sol entre dos superficies marinas claramente diferenciadas, con pequeñas embarcaciones meciéndose suavemente alrededor.
